HAMACAS CON SELLO VENEZOLANO. SIXTATEX




El tejido de hamacas y chinchorros, enseres colgantes de origen indígena destinados al sueño, al descanso, al amor y la muerte, se ha extendido a todos los regiones del país, adoptando en cada lugar, en cada sitio, una expresión propia que los caracteriza y diferencia.
Sus elementos básicos pueden ser los mismos, sin embargo, las técnicas se adecuan a la tradición, al clima y a las fibras producidas.






En Venezuela hacemos distinción entre chinchorro y hamaca, la cual radica en el tipo de punto utilizado. Mientras que en el primero el tejido se hace abierto, en la segunda se teje una trama tupida como una tela. Aunque el uso de telares verticales a manera de "bastidor" es general, pueden variar los tipos de madera y las dimensiones. Sin embargo, en lo mayoría de los casos, tejer hamacas y chinchorros es para las mujeres indígenas o campesinos de todo el país uno de las más importantes fuentes de ingreso en su economía doméstica.




























Aunque ya no se escucha el rumor cercano de las ovejas que solían pastar en los tórridos y espinosos aledaños de Tintorero, y el algodón industrial haya sustituido por completo a la lana; aunque las faenas de escardado, teñido, lavado e hilado sean apenas un recuerdo, un traquetear de los maderos del telar afirmo que en este lugar, un grupo de artesanos encabezados por la memoria del ya legendario Don Sixto Sarmiento, cuya estirpe hunde raíces en el tiempo, continuó las artes del telar europeo convirtiéndolos en industria de excelencia y rendimiento.




 



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